El crítico Abelardo Oquendo sobre "Jardines" del escritor Enrique Bruce
A RAÍZ DE JARDINES
Parecería que para algunos integrantes de la comunidad literaria, afines al criterio de los pobladores de la granja de Orwell, existen escritores que son más escritores que otros. Lo dicho es sospechable por la frecuencia con la cual términos como “numerosa” o “abundante”, aplicados a la obra de un autor, muestran una clara connotación elogiosa. Así, la cantidad se presenta como calidad, con su tácita viceversa. Entre nosotros, recientemente, esto se trasparentó en ciertos cuestionados requisitos para postular a premios nacionales de cultura, requisitos hoy en revisión por el ministerio del ramo.
¿A qué viene esto? A desfacer entuertos, aunque sin ninguna esperanza de lograrlo, claro. Y viene a raíz de la aparición de un breve volumen de textos de Enrique Bruce Marticorena: Jardines, editado en Lima, con pulcritud, por Intermezzo Tropical. Bruce es, precisamente, uno de esos escritores de obra parva que historiadores y visiones panorámicas de la literatura suelen desconsiderar. En medio siglo de vida Bruce se ha limitado a publicar un poemario, Puerto, en 1992, y un libro de cuentos, Ángeles en las puertas de Brandenburgo, en 1996. Los de Jardines son textos donde los dos géneros mencionados se fusionan en una prosa sobria y bien pensada, de buen escritor. Igual que Bruce los hay, escrupulosos y corteses, que evitan fatigar a la literatura y al lector. Sin embargo, ingratamente, salvo escasas excepciones, se les suele retribuir con la invisibilidad.
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Puede consultar esta columna aquí: http://www.larepublica.pe/columnistas/inquisiciones/raiz-de-jardines-16-03-2013
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